viernes, 31 de julio de 2009

Grabados en el Centro Cultural Marcó del Pont

Primer muestra individual, marzo de 2009.




No importa cuáles sean sus características, una máscara siempre remite a un cuerpo. Al igual que nuestra sombra, la máscara es una proyección que, como tal, se siente distante a pesar de estar conectada con lo más íntimo de nuestro ser.
Las composiciones de Eva nos enfrentan a un mundo sugerido de máscaras y sombras. Contornos y vacíos que evocan insistentemente esta distancia y cercanía en torno a un cuerpo ausente.
Pronto esta evocación nos atrapa. Intensa e inexplicablemente. En su búsqueda eterna de cuerpo, encuentran, por un momento, el nuestro. Es un encuentro íntimo en el cual nos quedamos sin palabras.
El misterio emerge, quizás, cuando percibimos que las máscaras y sus sombras, evocando lo ausente, cobran identidad propia.
Se multiplican incesantemente, configurando un mundo de desplazamientos y aberturas, proyecciones y reflejos, desdoblamientos y facetamientos. Da la sensación de que nada llega a acomodarse, nada encuentra su lugar definitivo, generando una incesante multiplicidad de rostros que se proyectan en las dimensiones de un misterioso infinito, apenas sugerido, profundo, amplio y blanco.
¿Qué representan aquellos contornos y vacíos que cobran vida más allá de nuestros cuerpos?
¿Aquello que no conocemos de nosotros mismos?
¿Aquello que no controlamos de nosotros mismos?
¿Aquello tan ajeno como íntimo?
Quizás sea desde ese mundo propio y desconocido que nos conectamos con los grabados de Eva, deviniendo nuestros cuerpos en máscaras y sombras, como un eco, que nace de nuestra voz y deviene en infinitos susurros que parecen alejarse pero que en cada sonido remiten a nosotros.

Paula Zambelli

Boletín Informativo de Xylon Argentina.


No hay comentarios:

Publicar un comentario