miércoles, 29 de julio de 2009

Este libro es mío!


" Eva Farji era estudiante de arte cuando llegó al taller de Jalil a aprender grabado, y terminó fanatizándose con el ex libris. Pasa las páginas de la carpeta donde guarda parte de su obra mientras dice que las librerías de viejo de Buenos Aires están repletas de tesoros ocultos para cualquier coleccionista.
–Un ex libris dice mucho de la historia de un libro. Alguien lo puso, alguien quiso ese libro. En las librerías de usados encontrás cosas buenas. Hay bibliotecas enteras de escritores argentinos que se han vendido. Por ejemplo, la biblioteca de Federico Vogelius, el creador de la revista Crisis. Vas a una librería de viejo y el ex libris de él, que dice FV, está por todas partes. Con la biblioteca de Botana pasa lo mismo: está dispersa con sus ex libris por todas partes. En la Argentina, en los años 50, los editores españoles o descendientes de españoles emigrados, como Thor, tenían ex libris propios. Era un uso, una costumbre muy común.

En un artículo publicado en la revista de Xylon, Farji recuerda que en 1920 la sección Cartas de Lectores de La Nacion publicaba a menudo misivas de exlibristas, y reproducía imágenes de ex libris con epígrafes explicativos. Por esos días, las discusiones acerca del tema eran encendidas y el señor Bourband, Mariano Barrenechea, don Fermín Carlos Yeregui o Manuel A. Bustelo describían ex libris y discutían acerca del nacimiento de éstos y de la conveniencia o inconveniencia de ciertos diseños para libros tradicionales o modernos."


Fragmento de la nota "Este libro es mío", de Leila Guerreiro, publicada en el Diario La Nación, el domingo 8 de octubre de 2006.

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