Paisajes áridos, extrañas formaciones geológicas y una vegetación fantástica devienen en el escenario perfecto de los personajes de Eva Farji. En su exposición Otros desiertos. Litografías la artista exhibe una selección de trabajos de los últimos años. Espacios vastos y solitarios y aun así poblados por múltiples rostros y cabezas que nacen de la tierra, surgen de rugosos troncos o se funden en oscuras floraciones y angulosas ramificaciones. Figuras que, oscilando entre lo real y lo imaginario, y presas en la materia de su propia corporalidad, convocan nuestra mirada e inundan nuestros sentidos. Es que Eva, quien explora los diversos procedimientos del grabado, otorga a su obra una imponente fuerza expresiva. En algunas litografías, el trazo gestual y rítmico modela formas suaves, ondulantes y orgánicas; en otras piezas, un dibujo riguroso y tajante construye formas duras y angulosas. Pero en todas ellas la línea trasvasa su oficio descriptivo para abrir a una experiencia sensorial creando texturas enérgicas y tramas vívidas, convirtiéndose en herramienta esencial de una comunicación sensible. En este mundo animado por extrañas fuerzas que entrelazan la naturaleza y lo humano, lo real es transfigurado para expresar estados de ánimo; el susurro apesadumbrado, el dibujo de la melancolía, la soledad o la opresión y la angustia del desarraigo.
Así la factura convoca a una experiencia visual que es la esencia del clima de estas imágenes: la aflicción de un grito silenciado, la densidad en el espesor del aire, un ambiente que promete presagios, sensaciones que nos envuelven en el acto de contemplación.
Antes del silencio, nos enfrenta a la comunión de rostros máscaras que emergen de la tierra y de los troncos intentando comunicarse en un gesto congelado y contenido del momento que precede a la disolución. En La flor oscura un sinnúmero de caras se funden atrapadas en la espesura de su cuerpo vegetal. Y es que quizás ese sea su infierno: estar unidos por una misma trama y aun así continuar solitarias existencias en la imposibilidad de todo contacto. También en estas desoladas llanuras habita el Árbol de los expulsados, en el que distintos seres comparten y echan raíces en estos parajes y el Árbol del desierto, donde la calidez del color enfatiza un clima cálido y nostálgico de sus protagonistas.
Las litografías de Eva nacen de una exploración personal pero no clausuran el sentido; son obras abiertas y sus títulos son evocativos. Las palabras juegan con las imágenes sin ser nunca una traducción exacta o mera descripción literaria. Por el contrario, éstas manifiestan la oscuridad del misterio y enfatizan la profundidad sensible de la experiencia plástica y plegándose sobre las obras, abren juntas senderos que se bifurcan hacia nuevos y múltiples sentidos.
Lic. Cecilia Iida
Del 10 de mayo al 10 de junio de 2012
Centro Cultural de la Cooperación
Av. Corrientes 1543, CABA
Horarios:
Lunes a Viernes de 11:00 a 22:00
Sábados de 14:00 a 23:00
Domingos de 14:00 a 21:00
Entrada Gratuita